¿Y tú qué ves? III

Cuando te metes a hacer algo en lo que no tienes experiencia, lo normal es que te salga mal o que termines accidentado. Esto último fue lo que me pasó el otro día. Me puse a freir pescado y, como tenía calor, me remangué para estar más cómodo. Empecé a poner el pescado en la sartén y uno de ellos se me escurrió de la mano y salpicó el aceite, que fue a parar a mi brazo. Me acordé de la madre del pescado, de su abuela, su hermana y su tía. Y de lo tonto que fui por haberme puesto a freir con las mangas subidas. ¡Qué dolor! Como la medicina está ahí siempre que se la necesita, me extendí crema para las quemaduras y poco a poco ha ido cicatrizando. Ahora está así:

 
Conforme se iba curando la miraba y se formaba en mi cabeza una imagen, que poco a poco iba concretando y fue así como llegué a la conclusión de que lo que tenía en el brazo era unos ojos misteriosos mirándome fijamente. En ese momento solamente quedaba por hacer una cosa: dibujarlos.

Como esta vez no lo tenía claro, he creado tres versiones, que pueden ser retocadas en el futuro si tengo la inspiración adecuada. Estas son:











Son muy parecidas y una es la evolución de las otras pero, por ahora, es lo que ha surgido.



Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Y tú qué ves? II

¡¡SUPERCOOOOCOOOO!!